Las tabletas de leche Vauquita son algo verdaderamente sabroso. Las trae de Argentina, mi cuate, Marcelo, cuando viene de visita.
Tristemente es un producto que está amenazado por las malas políticas económicas y fiscales en aquel país sudamericano. Esa es la razón por la que cada vez que me como una, lo hago no sólo con placer y alegría sino con la esperanza de que no desaparezcan.
Que dirá Bergolio de la situación en su país? Cuanto desempleado y cuantos más pobres hay hoy?