Luego de varios fines de semana con carácter de vorágines, este fue de paz y pelis. La primera que vimos en casa fue Little Boy, la historia de un niño que está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para terminar con la II Guerra Mundial, porque su padre se halla combatiendo en las Filipinas. Es una historia tierna, conmovedora y con un mensaje -o varios mensajes profundos-. Cuando la veas te sugiero comparar los consejos que el Pepper recibe del cura Oliver y del japonés Hashimoto. La filosofía y las perspectivas de este último personaje son las que elevan esta película que, de otro modo, sería sólo una peli sentimental y manipuladora de esas que son a diez la docena.
La segunda película que vimos fue Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando. Un día el marido de Elvira sale a buscar cigarrillos en la madrugada y no vuelve a casa…y eso da pie para una historia ingeniosa, bien contada y algo loca. Es de esas pelis que entretienen; así que fue una buena elección. Además me encantó la parte del título que dice: Te daría mi vida; pero la estoy usando. Frase que desafía el altruismo que -equivocadamente- muchos creen que acompaña a las relaciones sanas.