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El Guerrero con máscara de jaguar en posición de acecho es la pièce de résistance de la exhibición Tesoros del espíritu maya organizada por la Fundación Ruta Maya. Desde que supe de la existencia de esta obra maestra me moría de ganas de verla. ¡Y se me hizo!
El guerrero es uno de los hallazgos asociados al Período Clásico Temprano de Guatemala (ca. 250 AC -600 DC) más impresionantes de las últimas décadas. De hecho, es el único ejemplo bien preservado conocido hasta la fecha, de una figura tridimensional de gran tamaño realizada en estuco y con su color original conservado. Sus medidas son 66 cm. de alto; 266 cm. de largo; y 105 cm. de ancho.
Esta escultura fue encontrada a mediados de la década de 1990 durante la perforación de un pozo de agua en una finca de ganado, al suroeste del lago Petén Itzá, rumbo a La Libertad (Petén) donde los montículos circundantes ya habían sido destruidos. La escultura fue severamente quebrada al ser sacada por los trabajadores locales y se vendió hecha pedazos en el mercado ilícito. Mientras se mantuvo en una colección privada, lejos de la vista pública, se inscribió en el Registro de Bienes Culturales (1996) y se procuró su restauración. En agosto de 2013 fue cedida a La Fundación La Ruta Maya con los propósitos de custodia, conservación, exhibición, educación e investigación de esta pieza única en su género.
El guerrero está expuesto junto a otras piezas magníficas en la exhibición Tesoros del Espíritu Maya desde el 21 de mayo hasta finales de octubre de 2015 en el Artecentro Graciela Andrade de Paiz ubicado en la 9ª calle entre 8va y 9ª avenidas de la zona 1. Hay parqueo enfrente.
Todas las piezas de esa exhibición merecen mención; pero mis favoritas fueron las siguientes:
- Una imágen de Ah puch, el dios de la muerte, porque la mayoría de las personas ignora que en los chapinesdecimos ¡Ah puchis!, cuando algo nos sorprende, nos causa repulsión o nos espanta, en referencia a aquel personaje del panteón maya.
- Una hacha antropomórfica que representa la cara de una persona aparentemente cubierta con la piel de un desollado. La piedra está pintada con cinabrio que, por su color, representa sangre.
- Un disco con serpiente emplumada, que posiblemente era un pectoral, hecho con mosaicos de jade, coral y concha. Me recordó muchísimo a un dragón chino.
- Una tapadera de inciensario estilo teotihuacano que representa a una deidad con dos caras, como Jano y me recordó a Abraxas (de Demián, por Herman Hesse, que es uno de mis libros favoritos). La foto me salió fatal y por eso no la publico aquí.
- Finalmente una colección de hondas encantadoras. Una de ellas hecha con la quijada de algún animal, y otra cuyo mango es una cajita en la cual se encuentra un esqueleto tallado en madera.
Entre los vasos y platos que se exhiben hay uno que muestra a un gobernante con máscara de reptil, otro que muestra al dios del maíz danzando y un plato que es una flor. ¡Ah, toda la exhibición es estupenda, no te la pierdas!