Según la Superintendencia de Administración Tributaria en los primeros cuatro meses del año no se ha podido superar la meta impositiva que ese proyecto recaudar; y la brecha fiscal (lo que se proyectó pero que no se recaudó) ha llegado a Q1,248 millones.
A mí eso no me da pena. Ya sabes, ¿cómo me iba a dar pena que los pipoldermos no tomaran suficiente dinero ajeno por la fuerza para repartirlo políticamente entre su clilentela y otros intereses particulares?
Por otro lado, ¿qué tal si los pipoldermos, en vez de comprar aguita mágica para limpiar el lago de Amatitlán, no desperdiciaran el dinero que toman de los tributarios? ¿Qué tal si en vez de cultivar y apañar estructuras fraudulentas como La línea -en las Aduanas- y quién sabe dónde más- eliminara sustancialmente la corrupción antes de pedirle más dinero a los tributarios?
Sólo en el contexto de La línea -sin contar otras mafias, ni agentes libres- se estima que la organización cobraba desde 20 mil a 100 mil quetzales. Una sóla persona pudo obtener 2.3 millones de quetzales en dos semanas. ¡Aquí está tu brecha fiscal, Chabela!