Lee Hunsaker era un empresario mediocre. Había fundado una fábrica de contenedores de papel; pero sus clientes lo abandonaban por otros proveedores. En vez de averiguar qué estaba mal con sus productos, o con su servicio, Hunsaker acusaba a sus exclientes de ser poco colaboradores. Su próxima aventura iba a ser la compra de la Twentieth Century Motor Co.; y para ello iba a necesitar un préstamo del banco de Midas Mulligan. El banquero le negó el préstamo con base en el mal récord de Hunsaker como empresario y este demandó a aquel acusándolo de discriminación. ¿Quién fue el juez de aquel juicio en la novela La rebelión de Atlas, de Ayn Rand? El juez Narragansett.
Para hacer la historia corta, Narragansett falló a favor de Mulligan y confirmó que en el caso de Hunsaker no hubo discriminación alguna. Hunsaker apeló y la corte superior revocó la sentencia del juez. Narragansett renunció y fue uno de los primeros Atlas en retirarse a Atlantis. En aquel lugar era el único juez y el único habitante con una función pública. La importancia de los jueces es tal que, ni siquiera en una pequeña comunidad de gente decente y racional, se puede prescindir de por lo menos uno. Y ese juez tiene que ser alguien que entienda el concepto de justicia, el de derechos, y el de valor.
De poco, o de nada, como no sea para causar grandes daños, sirven los jueces que ocupan sus puestos para servir a intereses específicos y particulares, que ocupan sus puestos para hacer avanzar ideologías y políticas, que ocupan sus puestos para proteger delincuentes y mafiosos, que ocupan sus puestos para pasar inadvertidos y hacer carrera sin haber defendido la justicia, los derechos y lo que es de valor.
Por eso es peligroso que la sociedad guatemalteca ignore, o haga como que ignora que el proceso de captura del Estado por parte de ONG de dudosa reputación, políticos corruptos, exguerrilleros, y otros grupos similares está en proceso por medio del control del Organismo Judicial. ¡Lo que está en juego es la justicia! ¡Lo que está en juego es la república! ¿Qué hiciste ayer…y qué vas a hacer hoy para detener aquel proceso de envilecimiento?
Columna publicada en El periódico.