El Volcán de Agua o Hunahpú ameneció como cubierto con merengue. La luz del amanecer le daba de forma impresionante a su falta y a los cerros vecinos y resaltaba sus sinuosidades con brillos y colores. El cono, sin embargo, se hallaba cubierto por nubes de forma que parecía que hubiera sido untado con turrón, con crema batida, o con merengue.