Hace un par de semanas anduve por la TGW para participar en el programa Guate Buena; y me encontré con la sorpresa de que en el edificio hay una exhibición de equipo de aquella emisora y del Diario de Centroamérica. De por sí, las instalaciones de la radio son como un viaje en el tiempo hacia la edad dorada de la radiodifusión y es muy agradable pasear por ahí y ver los equipos antiguos.
Cuando visité las instalaciones de El imparcial, en 1973, todavía ví como se imprimía un verspertino con tipos de plomo; y cuando trabajaba en el telenoticiario Aquí el mundo, todavía usé teletipos así que siento cierta conexión con aquella tecnología.