¡Sorpresa! La ley antiadopciones no ha acabado ni con las adopciones ilegales, ni con el robo de bebés en los hospitales estatales. En siete meses la Procuraduría General de la Nación ha recibido denuncias de 22 niños robados y recientemente se conoció el caso de los Alpacaja-Tziac a quienes les robaron su bebé recién nacida en el hostipal estatal San Juan de Dios. La bebé en cuestión apareció unos días después del robo, pero este es un caso extraordinario. Generalmente los padres de bebés sustraídos no vuelven a saber de sus hijos, lo cual debe ser algo espantoso.
¿Cuánto cuesta un bebé? Q. 9 mil; y el fracaso de la ley antiadopciones para detener el robo de niños y las adopciones ilegales no debería sorpendernos porque el problema no era la falta de una ley y la ausencia de un monopolio centralizado en manos de pipoldermos; ¡el problema es la impunidad generalizada! Estoy seguro de que las mismas redes de personal de salud, notarios, funcionarios y delincuentes que operaban antes de la ley antiadopciones sigue trabajando criminal e impunemente, en tanto que la mayoría de quienes operaban de buena fe, legalmente y honradamente fueron sacados del escenario. Miles de niños perdieron la oportunidad de conseguir familias y las redes criminales continúan delinquiendo.
Y que decir de tantos bebés dejados en basureros y caminos rurales para ser devorados por perros, hormigas o zopilotes, por la dificultad y la humillacoión que sufre quien quiere darlos en adopción. Pero los grupos de interés siempre quieren convencernos que con más leyes se compone todo, mejor aplicar las que ya existen