La mejor sesión de ayer-en la Objectivist Conference 2013– fue la de la mañana con Yaron Brook. El tema que abordó es el de que el objetivismo es radical porque se aparta de lo convencional. El objetivismo toma en serio a la filosofía y sus posiciones en cuanto a políticas públicas están basadas en ideas filosóficas. Por eso es difícil de aplicar.
Explicó como es que el capitalismo no es bueno para todos, sino sólo para aquellos que son virtuosos; ya que recompensa a las personas que son racionales, responsables y productivas.
El objetivismo se enfoca en el objetivismo, explicó; pero…¿qué pasa con los pobres en el capitalismo? Depende de qué clase de pobres, añadió, para luego distinguir entre los pobres que son virtuosos porque trabajan, y son productivos, y los pobres que no trabajan y son improductivos. Recordó que el estatismo penaliza la virtud y destruye la empresarialidad y el individualismo.
Brook dijo que no sabe cómo será la caridad en una sociedad capitalista; y que la historia no sirve de mucho para imaginarlo ya que siempre hemos vivido en sociedades altruistas. Lo que si es cierto es que en una sociedad capitalista la caridad sería diferente a lo que es en la actualidad y estaría más dirigida a la creación de valor. Además, debido a la riqueza en la sociedad, la caridad tendría un rol menos importante que el que tiene en la actualidad.
Habló de otros temas. Explicó que un mundo sin armas sería un mejor mundo; pero que debido a que el gobierno ha fracasado en garantizar seguridad para las personas y a que los delincuentes son cada vez más impunes y audaces es necesario considerar la necesidad de que los ciudadanos honrados y pacíficos estén armados y puedan defenderse. Eso, dijo, es una evidencia de que la cultura está fallando. En cuanto al asunto de las armas, Brook explicó que hay que entender que es lo correcto y que es lo verdadero; y entender qué derechos son los que están en juego.
Con respecto a la guerra, Brook recordó que el objetivismo se opone a la coerción y a la iniciación de la fuerza; y de que en ese sentido es anti-guerras. Las guerras, dijo, son muerte y destrucción. Aquellos que amamos la vida y la creatividad repudiamos las guerras. Estamos contra las guerras debido a los valores que apreciamos. Sin embargo, si alguien nos ataca debemos defendernos. Puede que no sea fácil identificar quién fue el atacante y cuál debería ser la reacción apropiada; pero debe haber una reacción defensiva. Hay que identificar a los agresores y a sus complices y hay que aniquilarlos (no salvarlos, ni ayudarlos, ni llevarles la democracia). Y la aniquilación debe ser rápida, de forma económica y poniendo en riesgo la menor cantidad de vidas posible del lado agredido.
Con respecto a la migración. Brook dijo que ningún gobierno debería decirles a los ciudadanos a quién pueden contratar, y a quién no. Y que en su opinión y con respecto a los Estados Unidos de América, lo mejor sería que fuera fácil entrar al país; pero muy difícil adquirir ciudadanía y derecho al voto.
Como siempre la conferencia de Brook fue muy inspiradora y llena de buenas ideas. Concluyó recordando que vivir, en términos objetivistas, es abrazar ciertos valores y ser apasionado con respecto a ellos.
Las sesiones generales están disponibles, aquí, hasta el 15 de agosto.