Los mareros, ¿actores políticos?

Un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos plantea la posibilidad de que las pandillas delincuenciales quieran aprovechar la supuesta tregua de no agresión entre ellos para convertirse en actores políticos.  Douglas Farah asegura, en el informe, que habló  con varios pandilleros en libertad y que ellos le confirmaron que están interesados en el poder político. Agregó que le aseguraron que están discutiendo sobre el respaldo de ciertos candidatos para cargos nacionales y locales a cambio de protección y la capacidad de dictar las partes del programa del candidato.

Farah afirma que hubo concesiones de parte del gobierno salvadoreño para los cabecillas de las maras que estaban en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca en el sentido de trasladarlos a cárceles menos seguras, con mejores condiciones, a cambio de suspender los asesinatos, extorsiones y el reclutamiento de los menores.

El acuerdo básico consistía en mejorar las condiciones de prisión para los cabecillas de pandillas y reconociendo su legitimidad política, a cambio de una tregua entre las facciones de la pandilla, señala Farah en el documento. Destaca que el acuerdo también les ha permitido ahora a los cabecillas de las maras criminales, quienes anteriormente estaban aislados e incomunicados, a estar juntos otra vez.

Con razón es que secretario general de la Organización de Estados Americanos , José Miguel Insulza, le ofreció todo el apoyo a la tregua entre pandillas, con cuyos cabecillas dialogó en un presidio.  A los políticos les encanta este tipo de acuerdos porque disminuyen el  número de asesinatos en sus sociedades y los hace quedar estadísticamente bien sin que resuelvan de fondo los problemas de inseguridad y de injusticia…y encima podría convertir a los mareros en activos y clientela de carácter político.

La historia, además, tiene otro ángulo.  Una alianza entre mareros y políticos no es inusitada ya que ambos grupos se dedican a los mismo: la expoliación, como diría Federico Bastiat.  Los primeros lo hacen al márgen de la ley; en tanto que los segundos lo hacen al amparo de la ley (lo cual no hace buena a la expoliación).  Ambos se dedican a tomar dinero ajeno, por la fuerza.   Así que no debería sorprendernos.

Gracias al cuate, Mario, por la pista; y a mi amigo, Giancarlo, por el insight de Bastiat.

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