¿Sábes por qué es que el patrimonio aqueológico, la fauna y las maderas preciosas de la selva maya están seriamente amenzadas? Porque no tienen dueño. Porque son de todos, y como son de todos, no son de nadie.
La selva maya, que es el bosque tropical más grande de América, después de la Amazonía, sufre de lo que se conoce como la tragedia de los comunes. Esta describe una situación en la cual varios individuos terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común), aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto, les convenga que tal destrucción suceda.
Si quieres saber por qué es que eso le pasa a la selva; y no les ocurre a las gallinas, a pesar de que muchísima gente come pollos y huevos, seguramente querrás ver la conferencia de Enrique Ghersi que acompaña a esta entrada.
