La PMT de Fraijanes les pidió a los colegios que se encuentran en esa área que retrasen su hora de entrada de 8:00 a 8:30 a.m. para aliviar el tráfico, ya que por ahí circulan más de 25 mil vehículos diarios. Y la iniciativa no fue bien recibida.
Las quejas por el tráfico demandan una solución, o una variedad de soluciones. Frente a la presión, los políticos se sentirán tentados a hacer algo; y ese algo puede ser pan con lo mismo, o puede ser una solución.
El tema coincide con que hará un año que desayuné y compartí un taxi con Gabriel Roth, editor de Street Smart, una obra fundamental para entender el transporte como elemento crucial para el bienestar económico y social. La obra de Gabriel sostiene que muchos de los problemas que hay en calles y carreteras –a causa del congestionamiento, altos costos, corrupción y mal mantenimiento, por citar algunos– pueden ser solucionados mediante la aplicación de los mismos principios que mejoraron significativamente los servicios de telecomunicaciones. Y como los chapines tenemos tan buena experiencia con las telecomunicaciones, es oportuno ponerle atención a las sugerencias de Gabriel, antes de que a alguien se le ocurra hacer lo mismo de siempre y esperar resultados distintos.
Los métodos electrónicos de cobro permiten el uso pagado de calles y carreteras, sin necesidad de cabinas y sin que los vehículos tengan que detenerse. ¿Por qué no aprovecharlos para aliviar los congestionamientos, como en Singapur?
Quizás, en vez de pedirles a los padres que cambien sus horarios, u obligarlos a hacerlo, lo razonable sea que el uso de las calles y carreteras tenga distintos precios. Un precio para circular a las 8:00 y uno menor para circular a las 8:30. De esa forma, el uso de la calle, o carretera tendría un costo que los usuarios podrían comparar con otros costos mediante un precio.
Calles y carreteras normalmente son citadas como ejemplos de bienes públicos que solo deberían ser provistos por los políticos y sus funcionarios; pero esto es falso. En los siglos XVIII y XIX miles de carreteras eran privadas y actualmente, en EE.UU., Canadá, el Reino Unido y Suecia, las carreteras privadas están de vuelta con mejor desempeño, costos bajos, mejor información, competencia y sin interferencia política.
Columna publicada en El Periódico.
Brillante 🙂