Un amigo de mi padre contaba que, en tiempos de don Manuel Estrada Cabrera, vino Philander C. Knox, secretario de Estado, de los EUA, a hacer trabajo de procónsul. Y que el Presidente no quería atenderlo; de modo que su estrategia fue mandarlo a recibir en Puerto Barrios y conducirlo hasta la ciudad de Guatemala; pero parando en cada pueblo donde sería recibido con banda y brindis. Así, cuando llegó a la capital el funcionario no estaba en condiciones de reunirse con el Presidente de modo que siguió camino hacia el Puerto de San José en donde fue embarcado con rumbo a San Francisco.
La historia real no es exactamente así; pero sí ocurrió algo no menos audaz. Un grupo de estudiantes del Instituto Central de Varones se negó a desfilar para el funcionario y lo recibió con la consigna de ¡No, no, Knox!
De esa historia me acordé cuando leí que Janet Napolitano -nada menos que secretaria de Seguridad Nacional, de los EUA- vino a hacer trabajo de procónsul y a decir que su gobierno no considera viable el tema de la despenalización de las drogas. Y claro que ya no son los tiempos de don Manuel; pero como Janet dice que hay mejores maneras de combatir el narcotráfico, yo le digo: ¡No, no Janet! y la invito a ver:
The Role of Science and Individual Rights in Drug Policies; y
La guerra perdida contra las drogas.
