Nunca tengo quejas contra mi banco, y de hecho, me gusta mi banco; pero supongo que con el banco ocurre lo mismo que con la lavandería: tarde o temprano te estropean algo.
El miércoles, un cuate me pagó 20 euros, porque yo le había prestado unos quetzales para hacer una compra de dulces típicos en el Mercado Central. Para recuprerar mis quetzales acudí a la agencia bancaria que uso con regularidad a cambiar el billete. Y, ¿sábes qué le dijeron a mi enviada? Que para cambiarlo tenía que ir a la Central. Y yo digo…no es que llevara a cambiar un maletín lleno de euros. ¿Por qué no pueden cambiar pinches 20 euros sin complicar las cosas?
Yo no iba a decir nada, y resignado iba a ir a hacer el trámite a donde tuviera que ir a hacerlo; empero, hace un rato recibí una llamada de mi banco. Que si por favor respondía a una encuesta de cinco preguntas, me dijo la chica que llamó. Y yo dije que sí y que de paso les iba a contar lo que me había pasado el miércoles. ¿Cuál era la primera pregunta? Que si yo consideraba que el banco trataba mi información con confidencialidad.
Entonces le contesté a la chica del call center que no sabía, que no tenía información suficiente para saber si el banco trataba mi información con confidencialidad. Entonces, me dijo, en una escala de 0 a 10, ¿le pongo 0? Y le respondí que no, porque 0 correspondía a que yo consideraba que el banco no trataba mi información con confidencialidad, y que ese no era el caso. El asunto era que yo no sabía, y que no tenía suficiente información para responder qué clase de tratamiento le daba el banco a mi información.
Para no hacer la historia larga le dije a la chica que la pregunta estaba mal planteada, porque los clientes no podemos tener información suficiente para contestarla y ella me ofreció hacer un reporte y abrir un caso. Y bueno, ahí quedó la cosa. A ver en qué termina. Porque fueron dos en menos de 24 horas.
La primera queja que tengo contra mi banco y contra todos los bancos privados del sistema guatemalteco es que el spread del tipo de cambio que tienen es demasiado alto (casi siempre de 20 centavos de quetzal o más) y pierdo mucha plata en mis negociaciones como importador.
Pero mi queja más importante es contra los banqueros; y contra su actitud monetarista en la Junta Monetaria del Banco de Guatemala permitiendo que alteren artificialmente el tipo de cambio (y aprovechándose para lucrar).