Cuando se trata de exponer las malas consecuencias no intencionadas de las promesas de los políticos, ¿quién como John Stossel? ¡Nadie!
Y ahora que los chapines estamos por ser expuestos a andanadas y andanadas de promesas políticas electorales, vale la pena meditar sobre lo que se ve y lo que no se ve cuando los aspirantes a controlar el poder quieren nuestros votos y quieren resolver nuestros problemas.
Nos toca tener los ojos y los oídos bien abiertos y a cada promesa preguntarnos: de dónde vendrán los fondos? Cuidado electores, aprendamos a leer “entre líneas”.