Víctimas de la inflación: se van las fichas de un centavo

Cuando yo era niño, un centavo compraba cuatro bolitas de miel, o un pan frances; y se dice que cuando alguien tiene aliento de borracho, huele a centavo.  El colmo de un forzudo es apretar un centavo hasta que Bartolomé de las Casas (en su anverso) saque la lengua.  Los más gandallas del colegio pintaban monedas grandes de un centavo con mercurio y las hacían pasar por de a 10 centavos en las camionetas; con ello compraban su pasaje y les daban 5 centavos vueltos.

La pérdida del valor adquisitivo de el quetzal a causa de la inflación ha hecho necesario el nuevo billete de Q200.  Esto es porque como los quetzales valen cada día menos (porque el Banco de Guatemala imprime muchos), entonces cada vez se necesitan más quetzales para comprar lo mismo.  Por eso es que suben los precios.  Si le dicen otra cosa, se lo están cuenteando; y allá usted si les cree.

A todo esto, la inflación producirá una baja en  el sistema monetario.  Así como a mediados del siglo XX la inflación acabó con la moneda de medio centavo; ahora la víctima será la moneda de un centavo.  La misma, sin embargo, ha sufrido una larga agonía.  Primero fue reducida de tamaño, luego le fue cambiada la aleación, y por último como la ficha en sí resulta insosteniblemente más cara que el valor que representaba, tuvo que ser eliminada.  Uno de estos días ya no circularán los centavos.  (suspiro)

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