La de Carlos Castresana, recién renunciado jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, me recuerda dos historias.
La primera es la de aquellos niños que, siendo dueños de la pelota, cuando no se seguían sus reglas en la chamusca, o cuando iban perdiendo, agarraban su pelota y dejaban el campo. La segunda, es una leyenda que se cuenta de tiempos de Manuel Estrada Cabrera. Cuenta, esta historia, que una vez Washington le mandó a no se qué especie de ministro/procónsul y que el Presidente lo mandó a traer a Puerto Barrios. Al nomás bajar del tren, le hicieron fiesta y luego de esta se lo trajeron a la capital por donde había que traerlo. Eso sí, en cada pueblo que pasaban, al enviado lo recibían con fiesta. Y así se lo trajeron, lo pasaron por la capital y se lo llevaron al Puerto de San José en donde lo embarcaron, bien socado, para San Francisco, sin que hubiera podido cumplir la misión para la que había sido enviado.
Algunas de las personas con las que comparto información de cuando en cuando, creen que la renuncia de Castresana es un berrinche a causa de que no resultó reelecto, como Jefe del Ministerio Público, el ex fiscal general Amílcar Velásquez, que era el elegido por Los Colom, y por el Jefe de la Cicig, con el apoyo de la comunidad internacional. En ese sentido es que Castresana se lleva su pelota; o, como dicen en otros círculos, en ese sentido es que Castresana mejor se viste y se va.
Otras, de aquellas personas, creen que Castresana -acostumbrado a lidiar con etarras y otros criminales parecido-, nunca se imaginó las dimensiones verdaderas que tiene la Costra Nostra chapina. Estas personas creen que la mafia chapina le mareó la perdiz y le entretuvo la nigua, lo abrazó, lo usó y lo escupió a la calle. En ese sentido es que Castresana fue rebasado por fuerzas que no supo dimensionar, hasta el punto de que compartió con ellas la mesa.
Carlos Castresana, si se va, dejará más incógnitas que respuestas. Armó un guión de opereta para el caso Rosenberg; pero, de los casos de impacto que investigó durante su primer año, ¿de cuantos puede, Castresana, rendir cuentas y decir: misión cumplida? A Alfonso Portillo, por ejemplo, sí lo tiene de un huevo; pero, ¿puede decir: misión cumplida?
Castresana se va sin pagar la cuenta; pero su su renuncia nos deja una lección: Si los guatemaltecos no asumimos la responsabilidad de nuestro presente y de nuestro futuro, menos va a poder hacerlo un procónsul. Si no rescatamos nuestras instituciones y si seguimos dándole la espalda a la realidad, podemos ignorar la realidad, pero no vamos a poder evitar las consecuencias de hacerlo. Ya les encomendamos a otros la solución de nuestros problemas; ¿qué tal si ahora, para variar, actuamos como ciudadanos y dejamos de hacer lo mismo y esperar resultados distintos?
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This entry was posted on lunes, junio 7th, 2010 at 11:48 pm and is filed under Carlos Castresana, cicig, impunidad.
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Estimado Luis: No sè si serà abogado o si ha tenido oportunidad de estar en una posiciòn para escuchar o enterarse de còmo funciona actualmente la justicia, pero pienso que sus apreciaciones sobre la CICIG y Castresana son tan erradas que no pueden sostenerse. Hoy en Prensa Libre hacen una pequeña sinopsis de los casos de alto impacto que la instituciòn tenìa a su cargo. Yo le sugerirìa que se acercara a la CSJ, CC o alguna ONG para poder participar en la reestructura del sistema de justicia, o bien que lo haga a tìtulo personal (para que no sienta que lo confunden con la Sociedad Civil) y echar a andar sus propuestas. Pienso que su argumento de "està mal que otros vengan de afuera a arreglar las cosas que estàn mal entre nosotros" no se sostiene en lo absoluto. Ningùn abogado (vivo por lo menos) se atreverà a tocar las redes mafiosas si no siente el apoyo de algùn ente externo que a la hora de los balazos pueda sacar a su familia del paìs e instalarlos en Canada o Europa. Si usted se cree tan capaz, pruebe y verà hasta donde llega, Luis. No se vale criticar sin participar, siendo usted parte de un Think tank tan "importante" como la Marro. ¿O es que el objetivismo sòlo es bueno para la teorìa y no la pràctica?Saludos.Carlos Omar Fajardo
Gracias, don Carlos.
Este fiscal general es sucio. Castresana lo acusa de estar apadrinado por las mafias (me sorprendería que haya *alguien* en el sector público que no esté vinculado a alguna mafia), y el fiscal general le responde con acusaciones de adulterio. ¿Qué más evidencia necesitamos de la calaña de este tal Conrado Reyes?Por supuesto que el hecho de que lo despidan no cambiará absolutamente nada, porque las mafias simplemente lo sustituiran por otro igual. En Guatemala el poder lo tienen los malos, en parte debido al sistema de incentivos (ok, Proreforma), pero en mayor parte debido a nuestros rezagos culturales. Un pueblo de tramposos simple y sencillamente no puede salir adelante.Ahora con el asunto de Castresana, yo sé que la mara de Marta Yolanda, Zapeta y nuestro distinguido LuisFi detestan la intromisión extranjera, porque creen que mina la institucionalidad guatemalteca (jaja, ¿cuál institucionalidad?)y porque desconfían de la ONU. Créanme, yo no guardo amor oculto por la ONU. Pero el hecho es que con este señor se hicieron ciertas denuncias y se abordaron ciertos temas qeu sin él simplemente no habrían visto la luz del día. Por ejemplo, lo de Portillo y la reforma integral de la constitución. Asi que no entiendo desde qué punto de vista la salida de Castresana y el fin de CICIG mejora la perspectiva de esta Guate que queda en manos de los Colom Torres y sus compinches.
Gracias por su comentario "Justicia Total", pero no lo puse porque no publico anónimos. Ojalá se animara a ponerlo de nuevo, pero identíficandose.Saludos