Ayer, frente a mi casa, amaneció una fascinante alfombra de arena que parecía como de terciopelo negro; y no pude resistirme
a pasear sobre ella con mi bici. Me gustaron mucho el sonido que hacían las llantas en la arena y las huellas que aquellas dejaban en esta.
Aquello, claro, contrasta dramática y tristemente con
la tragedia que viven las familias que habitaban en las inmediaciones del
Volcán de Pacaya; familias que han perdido sus hogares (y a algún familiar), que han tenido que evacuar, o están siendo forzadas a evacuar y que ahora están pasando muchas penas.
La arena es por el Pacaya, que hizo erupción el jueves y cubrió todo de negro.
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This entry was posted on sábado, mayo 29th, 2010 at 10:09 am and is filed under Guatemala, volcanes.
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