Lo que a mí me gusta de la danza es la belleza de los cuerpos humanos moviéndose y expresándose en armonía con ellos mismos, con la música y con la luz. Me gusta cómo es que los cuerpos se desplazan, se levantan y vuelan, como si fuera fácil y como si no tuvieran peso. Me gusta cómo es que los cuerpos fluyen unos contra otros, unos al lado de otros y unos sobre otros….y el espectáculo 120-80, que se está presentando en el Instituto Guatemalteco Americano, no me decepcionó.
Dedicada a la fortaleza de su madre, que pasó por una experiencia coronaria, Sabrina Castillo creó 120-80 como una investigación corporal, espacial y emocional sobre el corazón y el sistema circulatorio. Esta obra desarrolla un sentido que involucra por un lado, la interpretación orgánica de lo que es el corazón como órgano y parte de un sistema y por otro, los significados e interpretaciones diversas que han surgido como metáforas de su presencia en nuestras vidas y relaciones. Los balarines Lilian González, Marta Ortiz, Waleska Muñoz y Marcio Chamalé, hicieron posible la creación de Sabrina en las tablas.
La música estuvo estupenda, un recorrido entre Oriente y Occidente, rico en matices y muy bien pensada para enmarcar esta propuesta artística de Sabrina. Apropiada, también, para darle un contexto a las pulsaciones sistólicas y diastólicas con las que comienza y concluye la presentacion.
Mi amiga, Carla, fue responsable de que pudiera asistir a esta experiencia de danza y ¡qué buena idea fue!
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This entry was posted on domingo, abril 25th, 2010 at 10:16 am and is filed under arte.
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