El negocio del Transurbano hiede. Y hiede feo: se hizo sin licitación pública, viola el Código Municipal, crea y garantiza privilegios, es excesivamente oneroso y podría ser lesivo, perpetúa el crony capitalism que caracteriza al mercantilismo chapín.
En noviembre de 2009, la Costra Nostra chapina anduvo de amores con Lula, el Presidente de Brasil, y rapidito resultó que los tributarios chapines íbamos a tener que comprar 6 aviones brasileños por valor de $99 millones; y en ese contexto se gestó el negocio del Transurbano que implica la compra de autobuses brasileños y un préstamo por $420 millones de un banco de desarrollo de aquel país sudamericano.
Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?
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This entry was posted on lunes, abril 12th, 2010 at 4:04 pm and is filed under Brasil, corrupción, Municipalidad de Guatemala, transporte.
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Alguna vez escuché que los guatemaltecos (y latinos en general), no teníamos guerras con otros países, tal y como ocurre con los países del medio oriente o con otros asiáticos por ejemplo, porque nosotros mismos somos nuestros propios enemigos.Cosas para reflexionar.Saludos