Los empresaurios del transporte colectivo extraurbano sitiaron la ciudad de Guatemala, bloquearon los accesos a la urbe y suspendieron el servicio. Desde mi ventana veo el Boulevard Los Próceres donde hay un inusual flujo de de tránsito para esta hora. Esta disposición fue anunciada ayer.
Algunas personas opinan que deberíamos apoyar a los transportistas porque lo que piden es que se detenga la criminalidad de la que son víctimas directas; empero al decidirse por los bloqueos, su lucha se deslegitima.
Es cierto que uno tiene derecho a manifestarse en defensa de sus derechos; y para protestar cuando la Administración no cumple ni con sus obligaciones mínimas. Pero a lo que no se tiene derecho es a violar los derechos ajenos; porque mis derechos terminan donde comienzan los de los demás; y la característica del ejercicio de un derecho es, precisamente, que en su ejercicio no viola derechos ajenos.
Los transportistas, pues, están ejerciendo violencia contra otros. Su derecho a manifestarse y a demandar seguridad, de ninguna manera es derecho a impedir que otras personas se movilicen por calles y carreteras. Por eso no apoyo a los transportistas; porque al tomar la decisión de acudir a la coacción -como hacen los maestros burócratas de Joviel Acevedo- en ese momento se convierten en violadores de derechos.
Luis, estoy de acuerdo con ustede en que tanto el grupo de Acevedo como los transportistas violan los mismos derechos; pero lo que llama la atención es el tratamiento diferente que a uno y otro caso da el gobierno; al primero le facilitan y toleran los bloqueos, a los otros como no son afines a la señora los disuuelven violentamente. Guillermo Galindo