Duerme, duerme, negrito
que tu madre está abusando, negrito.
Abusando, sí,
abusando y no la paran,
abusando.
He usado una parodia de aquella hermosa pieza que canta Mercedes Sosa, para ilustrar la forma en que agentes de la autoridad irresponsables, abusadores y sinvergüenzas, se aprovechan de normativas y regulaciones para hacer su agosto. Para llevar codornices, rica fruta y carne de cerdo a sus panzas cebadas con la corrupción y el uso arbitrario de la fuerza, al amparo de la legislorrea.
En lugares como Santa Rosa, Chimaltenango y Sacatepéquez, agentes de la Policía Nacional Civil visitan a tenderos varias veces al día y, mediante el
uso indebido de la
Ley Antitabaco, los amenazan y extorsionan por vender cigarrillos, cosa que no es prohibida por la normativa citada. Abusando, sí; abusando, ricamente, abusando.
Otro caso de
interpretación abusadora de la ley es el que hacen autoridades de Educación en el sentido de que impiden que en las escuelas sean recomendados libros, en el supuesto de que como es prohibido vender libros en las escuelas (sí, leyó usted bien, en Guatemala es prohibido vender libros en las escuelas), también es prohibido recomendarlos. Esto lo leí en
Siglo Veintiuno el 5 de marzo en la página 8. No puse el enlace directo porque no lo encontré en su sitio Web. La prohibición, por cierto, está en el Acuerdo Gubernativo 226-2008.
Abusando, sí, abusando tontamente, abusando. Y luego la gente se pregunta que por qué es que la autoridad, no tiene autoridad.
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This entry was posted on viernes, marzo 6th, 2009 at 3:45 pm and is filed under abusos, corrupción, lectura, Mercedes Sosa, tabaco.
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