Imagínese usted, dice Cándido mientras remoja su champurrada en la leche con café, la siguiente conversación entre delincuentes:
– Miren, muchá. La nueva ley de armas sólo permite 800 municiones al mes.
– ¿Y qué vamos a hacer, jefe?
–Pues respetarla, men. Así que de ahora en adelante, cuidadito con desperdiciar balas; y se van pensando en que no más de dos asaltos por semana, para racionar bien. ¡Y que quede claro, que nadie vaya a comprar municiones bajo de agua, y menos si son de la Policía! ¡La ley se respeta, muchá!