Atinadas preguntas de Pepe et al, sobre ProReforma

En la entrada más reciente acerca de los comentarios de Wachik´aj sobre ProReforma, entre tres lectores surgieron interesantes dudas acerca de dos temas. Una es sobre la reputación y otras son sobre por qué es que en aquella propuesta hay una edad mínima de 50 años para ser senador.

¿Que se toma en cuenta para decir que alguien tiene buena reputación?, es una pregunta. Según el diccionario, reputación es la opinión, o consideración que se tiene de alguien, o algo; y el prestigio, o estima en que son tenidos alguien, o algo. Esa definición debería ser suficiente; pero Pepe, que la hace, añade que le gustarían ejemplos objetivos de buena reputación; y aquí, entonces, vale la pena abundar en algunas meditaciones que pueden ser útiles.

En este contexto, estimo que objetivo puede querer decir una de dos cosas: Si se refiere a que sea relativo al objeto, la búsqueda de una definición objetiva de buena reputación es inatingente porque la buena reputación se refiere a una persona, o sea a un sujeto; así que descartemos esta vía de búsqueda. Sería irrelevante que el sujeto fuera evaluado por medio de cuestiones objetivas como: si tiene un doctorado, o no; si va a misa, al templo, a la sinagoga, a la mezquita, o no; si está divorciado, o no; si sabe la diferencia entre metafísica y epistemología; si ha leído El Quijote, Hamlet, el Popol Vuh, y La divina comedia, o no; si sabe qué es un logaritmo, si conoce cuántos departamentos tiene Guatemala, si sabe usar blackberry y otras cosas parecidas.

Objetivo, sin embargo puede querer decir, también, que independientemente de todo aquello, el candidato a senador goza de la estima de sus contemporáneos, debido a su prestigio y a sus ejecutorias de las cuales sus coetáneos tienen buenas opiniones personales.

En términos metafísicos, objetivo se refiere al reconocimiento del hecho de que la realidad existe independientemente de la conciencia de quien la percibe; y en términos epistemológicos es el reconocimiento del hecho de que la conciencia de quien percibe debe adquirir el conocimiento de la realidad mediante la razón, de acuerdo con las reglas de la lógica.

En todo caso, Ayn Rand lo explica muy bien cuando dice que la mayoría de las personas “cree que el pensamiento abstracto debe ser impersonal, lo que implica que las ideas no deben tener significado, valor o importancia personal para el que piensa. Esta noción se basa en la premisa de un cierto interés personal es un agente de distorsión. Pero personal no equivale a no objetivo; eso depende del tipo de persona que usted sea. Si su pensamiento está determinado por sus emociones, entonces usted no podrá juzgar algo personal o impersonalmente. Pero si usted sabe que la realidad no es su enemiga, que la verdad y el conocimiento tienen importancia crucial, personal y egoísta para usted y para su vida, entonces, el pensamiento más apasionadamente personal será el más claro y verdadero[1]”.

Pepe pregunta que ¿de dónde sale 50 años para determinar que es la edad ideal, porque no 45 ó 55? En este tema no hay mucha ciencia, ni hay derivadas, o matrices involucradas. Opino que una razón es que a los 50 años uno tiene más ejecutorias y currículo que mostrar, que a los 45, que a los 40 y que a los 30. Otra razón es que como el término para un senador es de 15 años, al empezar su período a los 50, tendría que abandonarlo a los 65; en cambio, si empieza a los 55 tendría que dejarlo a los 70; y si empieza a los 60, tendría que dejarlo a los 75. Según Unicef[2], la esperanza de vida para un chapín, en 2007, era de 70 años; y hay que entender, claro, que ese es un promedio. A mí me parece bastante razonable lo de los 50 años porque a esa edad los que van a elegir ya pueden tener una buena idea de de qué pata cojea el candidato; y porque 65 años es una buena edad para que el senador se retire de la vida pública.

Y Pepe pregunta que ¿cuál es la edad promedio de las personas que redactaron estas propuestas? y si ¿hay alguien menor de 30 años, o de 40? ¿Por qué la página web de ProReforma, no publica las hojas de vida de las personas que aparecen como fundadores o directivos?

Yo opino que puede ser que lo de las hojas de vida sea interesante; por ejemplo, la de Manuel F. Ayau, es impresionante. Aquí puede cualquiera ver la lista de fundadores y directivos, y la mayoría, pueden ser googleados. Pero por otro lado, ProReforma debería ser despersonalizada. Creo que es una lástima que las ideas no sean discutidas en sí mismas, sino que generalmente se desvíe la atención de las mismas hacia el plano personal; y ProReforma es acerca de ideas, no de personas.

La idea de que un senado se ocupe de leyes generales y abstractas; y un congreso se ocupe de normas específicas y particulares es buena…sin importar que de quién haya sido. Es objetivamente buena porque contribuye sustancialmente a eliminar la arbitrariedad, así como la búsqueda de rentas parasitarias y eleva los niveles de responsabilidad política de los legisladores. La idea podría haber sido de tirios, o de troyanos, e igual tendría las virtudes que tiene. Si estuviéramos eligiendo candidatos, ahí sí sería útil saber hasta qué pata puso qué huevo, pero aquí se trata de ideas, no de personas.

Lo de la edad de quienes promovemos esta propuesta también podría ser interesante; pero como hay gente de 90 y gente de 20 años, pues casi que da igual. Lo cierto es que aquellos que ahora tienen 49 años, o más nunca podrán aspirar a ser senadores; mientras que los que tienen 10, 20, 30, e incluso 45 años, si podrían tener su oportunidad.

Gracias, a Pepe, a Mariana y a Carcasco por sus inquietudes que han generado estas reflexiones.

[1] Ayn Rand. Filosofía: ¿quién la necesita? Grito Sagrado Editorial, Buenos Aires, 2008. P. 34
[2] http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/guatemala_statistics.html

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  1. Errores de WACHIK’AJ Primero: imprudente e iluso es Martín Rodríguez al criticar la propuesta de proReforma si ¡no la ha leído! Menciona que los senadores que proReforma propone sean mayores de 45 años cuando jamás se ha hablado de 45 sino de 50 años. Segundo: lo poco que ha leído no lo ha entendido. ProReforma propone que los Senadores, y quien los elija, sean coetáneos. Existen más posibilidades de conocer la trayectoria de vida de un coetáneo que de alguien de distinta edad. Tercero: creer que los problemas de Guatemala se solucionan con partidos políticos cuando el sistema está como está. Él mismo menciona que “el sistema de partidos políticos no funciona” y propone “construir partidos con principios y mentes brillantes”. Con el sistema actual su esfuerzo terminará como la DC, el MLN, el PR y la UCN. ¡Suerte! El sistema actual hace fracasar a cualquier partido político. Las reglas siempre afectan los resultados y creemos que con el cambio los partidos políticos van a tener mayor estabilidad. Cuarto: Creer que una reforma fiscal es lo que necesita el Estado. La prioridad debe ser justicia. El Organismo Judicial es una institución quebrada, en todo sentido. Necesita una reforma y sólo cambiando la Constitución se puede lograr. Se necesita que las comisiones de postulación de magistrados sean distintas (alejadas de la política), que tenga mayor presupuesto, que los candidatos a ser magistrados pasen por vistas públicas para que la ciudadanía pueda realizar cualquier objeción sobre el candidato… http://www.proreforma.org.gt Quinto: Creer que el sistema actual de partidos políticos es democrático y que de esa manera la población puede ser representada. ProReforma propone eliminar la elección por lista nacional y por planillas y con ello las personas van a poder ser mejor representadas porque eligen a alguien con nombre y apellido. Alfonso Abrilalabril@gmail.com