La de orinar en la calle es una de las peores costumbres chapinas. Se compara a la impuntualidad y a la costumbre de no confirmar invitaciones. He aquí a este meón que caché, luego de que, en las ultimas semanas, se me han escapado.
Claro que los mingitorios públicos no abundan; y los que hay son una inmundicia. Sin embargo, como les digo a mis sobrinos: Antes de salir vas y meas, no vaya a ser que te agarre con mi móvil y te ponga en Carpe Diem.
jajajajaja, me hiciste reír… sos un caso… jajaja