Hoy leo algunos titulares del diario guatemalteco Prensa Libre: Bolsas recelan de auxilio financiero; Caen Wall Street y mercados latinoamericanos; Calma no llega a bolsas pese a aprobación de plan; Los mercados no repuntaron, pese a aprobación de la estrategia. Se refieren, claro, al plan de rescate de $700 mil millones.
Y yo digo: ¿era de esperarse, o no? La gente todavía sigue creyendo que un mal causado por el intervencionismo estatal puede ser resuelto con más intervencionismo estatal; lo cual, a mí, me parece absurdo. En todo caso, si el intervencionismo reportara algún beneficio, lo cierto es que este sería de corto plazo y de muy angosto espectro, o sea, que sería sólo para algunos pocos: proncipalmente los pipoldermos y los empresaurios que iniciaron la crisis. Y las consecuencias inmediatas serán:
1. Se alargará la agonía; y
2. No se limpiará el mercado.
¿Cuál fue la lección que, sobre Economía nos dió Henry Hazlitt? Que las políticas económicas efectivas son las que son para el largo plazo y para todos. Por eso es irónico que algunos se sorprendan de que el rescate no está funcionando.
¿Qué? ¿Querrán, otros $700 mil millones?
