Anoche, en plenos aguaceros, tuve que circular por la Calzada San Juan, de la Ciudad de Guatemala; y a la altura de la 35 calle, en el carril que viene de San Juan, hay un agujero de miedo. Sólo en el momento en el que pasé había 4 automóviles con las llantas delanteras estropeadas. Y quién sabe si con el tren delantero echado a perder.
Daba entre rabia y angustia ver a la gente, bajo la lluvia, con la pena de resolver el daño causado por ese agujero. En medio de todo, algunas personas habían “señalizado” el hoyo mediante el uso de llantas; y otra persona agitaba una bandera roja para advertirles del peligro a los conductores.
La PMT brillaba por su ausencia.
Por mi casa (cerca de Gerona) hay un maldito hoyo que lo han “bachado” un montón de veces, pero como que revive el desventurado, jajaja. Me voló una llanta la primera vez, pero ahora ya lo tengo bien identificado… (sos chonte)saludos!