La administración pública es una piñata; y aún así, la administración socialdemócrata se empeña en buscar la forma de extraer más recursos de los tributarios; sin entrar ¡primero!, a revisar el costo de tener gobierno, y la calidad del gasto. Y claro, con pipolermos* así, no hay impuestos que alcancen.
Hoy amanecimos con la novedad de que “los primeros hallazgos de la intervención que realiza la Contraloría General de Cuentas al Fondo Guatemalteco para la Vivienda revelan sobrepagos a empresas encargadas de proyectos, que dejaron las obras inconclusas, a pesar de recibir casi la totalidad del pago”.
También leemos que la cúpula financiera del Legislativo es investigada por anomalías en la contratación de personal y desde ayer vemos escándalos en el nuevo aeropuerto. Uno agarra los diarios y cada día y encuentra desperdicios tras desperdicios.
Hoy hay uno que me parece particularmente ofensivo, aunque me de pena comentarlo porque se trata de una circunstancia lamentable, que es el fallecimiento de la madre de un alto funcionario. Yo sostengo que es un desperdicio que la administración (cualquier administración) ponga tamañas esquelas cuando muere algún pariente de funcionario. Es un desperdicio porque esas esquelas con caras y porque se pagan con dinero ajeno que supuestamente hace falta para otras cosas, como seguridad ciudadana, por ejemplo.
Pues bien, hoy hay esquelas de media página puestas por el Ministerio de Cultura y Deportes, por y por la Presdiencia de la República. Las hay de un cuarto de página puestas por la Secretaría de Asuntos Agrarios, la Dirección General de Transportes, y el Ministerio de Salud. Pero las que más lloran sangre son las de la Secretaría de Pueblos Indígenas, Maya, Garífuna y Xinca que se disparó -ella solita- cuatro esquelas. ¡Cuatro!
Cada esquela de media página cuestan unos $1883 cada una; y cada esquela de cuarto de página tiene un precio de $1168. Haga usted la cuenta. La Secretaría Indígena se sirvió con la cuchara grande $4672 que sin duda hacen falta en alguna cosa importante de esas que hace la administración. Haga usted cuentas.
Irónicamente, algunas de esas esquelas -pagadas con dinero de los contribuyentes- llevan el logo de Tiempos de Solidaridad.
Por desperdicios descarados como este, que sólo son signo de vanidad, y por la corrupción y mala administración que encarece el costo de tener gobierno, ¿con qué cara exigen más impuestos los pipoldermos?
La ilustración es de http://www.bureaucrash.com/
*Pícaros políticos que por el momento detentan el poder.
