¿Qué diría usted si se enterara que la administración socialdemócrata, por medio del banco central, subsidia a un grupo de empresaurios en perjuicio de la mayoría de los guatemaltecos?
Pues seguramente usted ya leyó al respecto, y no se dio cuenta. Claro, porque no es así como se mercadea el subsidio. Lo que usted ha leído es que “En 11 días, el Banco de Guatemala (Banguat) ha comprado US$28.7 millones, para combatir la caída del dólar respecto del quetzal, que ayer cerró en Q7.55, algo no visto desde el 18 de agosto de 1999”.
Empero, puesto en cristiano, lo que ocurre es que para mantener la competitividad cambiaria para los exportadores, la administración compra dólares de modo que el precio de estos se mantenga artificialmente alto. Dichas compras se hacen con quetzales que deberían servir para seguridad y para justicia, no para beneficiar negocios particulares. Dichas compras encarecen los dólares para aquellos que necesitan importar bienes de capital y, por lo tanto, encarecen la generación de más y mejores empleos, en perjuicio de aquellos que no tienen trabajo, o de aquellos que quisieran tener uno mejor. Dichas compras le encarecen los dólares a aquellos que alquilan casa en aquella moneda, o a los que están amortizando su casita con un préstamo en dólares. Esas compras son una de las fuentes de la inflación que, luego, la administración trata de combatir, mediante medidas absurdas.
La intervención en el mercado cambiario les manda mensajes equívocos y confusos a los agentes en el mercado. Esas informaciones mentirosas hacen que los recursos sean colocados en actividades que a lo mejor no son las más económicamente recomendables. De hecho, falsifican el cálculo económico. Pero, sobre todo, son un privilegio que pocos estarían dispuestos a defender si fuera explicado tal cual es.
Con el precio de los combustibles $115 el barril de petroleo, que son importaciones y se pagan en Dólares. La Junta Monetaria se empeña en que estos resulten más caros. Es un comportamiento inaceptable y del que nadie ha hablado. ¿Por qué será?