En Guatemala los postes para la transmisión de la energía eléctrica son propiedad de las empresas distribuidoras. Sí, pero no. Los políticos, que pueden utilizar la majestad de la ley para imponerse sin necesidad de utilizar la fuerza en forma evidente, pretenden que aunque los postes sean “propiedad” de las empresas distribuidoras, ellos, los políticos, pueden utilizarlos a su antojo para la propaganda política, sólo porque han fabricado una ley que les permite usar y abusar de la propiedad ajena. La perversión de la ley, en el sentido de usarla para imponer intereses particulares sobre los derechos individuales no es un fenómeno extraño en Guatemala; pero ¿por qué permitimos que siga ocurriendo?
¡La EEGSA y cualquier otra persona, tiene todo el derecho del mundo a oponerse a que su propiedad sea usada para fines ajenos!