Los funcionarios deberían de vivir bajo las leyes que promueven; y los diputados deberían no sólo vivir bajo las leyes que aprueban, sino que deberían pagar los tributos que imponen. Claro, como no es así, entonces pasa lo siguiente:
Aquí en Guatemala, los “funcionarios, desde hace varias administraciones, han puesto en práctica la receta perfecta para salir airosos: tributar poco y recuperar todo lo que puedan.
Diputados, ministros o burócratas de primer nivel devengan sueldos elevados, pero a la hora de hacer cálculos para tributar, las cifras los colocan, en algunos casos, al nivel de trabajadores con sueldo promedio”, según fue revelado hoy.
¡No hay derecho!