Ayer inauguramos la temporada de anacates 2016 con un spaghetti con anacates en salsa de crema con buen queso parmesano. Mi casa se pone en celebration mode cuando disfrutamos estos deliciosos hongos, mis favoritos por mucho.
Los anacates no sólo tienen un sabor propio y majestuoso, sino que su textura los hace doblemente especiales. No son suaves como otros hongos, sino que ofrecen resistencia y para servirlos hay que asegurarse de que están al dente; ya que de otra forma se estropea la experiencia. Por eso, también, deben estar muy frescos. Los de ayer estaban fresquísimos, se sentía en su color, su aroma, su sabor y su textura.
En Guatemala la temporada de anacates va desde que caen las primeras lluvias hasta que terminan, bien entrado octubre. Los mejores son los de las primeras semanas de lluvia porque el exceso de agua no les cae bien.
Cuando yo era niño los anacates no eran tan abundantes como ahora, siempre fueron bocatto di cardinale; pero su escasez los hacía…digamos que más deseables.
En casa los comemos con salsa de mantequilla, perejil y Jeréz; sobre spaghetti con salsa de mantequilla, o salsa de crema; con frijoles colorados; y en casa de un cuate los comí una con costillas de cerdo en pulique. Otro día te cuento qué es un pulique.