Ahora que están subiendo los precios del pan y de la gasolina; ahora que están subiendo las tasas de interés; ahora que todo se está poniendo más y más caro, ya lo he preguntado antes: ¿qué se le ocurre a la administración socialdemócrata guatemalteca? Subir impuestos.
El presidente Alvaro Colom confirmó que habrá más tributos para 2009. “Sí hay necesidad de un reajuste en la parte fiscal para que haya mejor y más recaudación, con el fin de aumentar la base tributaria, pero también para que se aumenten los ingresos y sostener al país”, dijo.
Luis Alberto Moreno, presidente del BID, dijo con descaro y sin vergüenza que “los estados deben ser como el jueguito de la perinola donde todos ponen”. A mí, esa posición me parece insostenible si no se habla claramente del costo de tener gobierno. Los burócratas internacionales y los pipoldermos* locales no dudan en elevarles esa carga a los tributarios; pero se rehusan a revisar la calidad del gasto público y sus prioridades. Hablan de pactos fiscales, por ejemplo; pero estos se hacen con grupos de presión que viven del presupuesto del estado, o con grupos de presión que pueden pagar equipos de contadores y auditores que les permiten eludir los impuestos. ¿Quién le consulta a usted que vive de su sueldo y que no puede hacerse los quites?
Si en realidad el estado fuera como la perinola y todos pusiéramos, primero habría que revisar el gasto, luego calcular el costo de tener gobierno y por último preguntarnos a todos si estamos dispuestos a pagar ese costo, o si hay que revisarlo de nuevo. De otra forma, el juego de la perinola es uno de toma todo, especialmente para los que viven del presupuesto del estado, o dependen de privilegios para su existencia.
La foto es de mi perinola.
*Pipoldermos: neochapinismo para pícaros políticos que por el momento detentan el poder.