Va creciendo rápidamente. Es la flor a la que le digo que es de Perdidos en el espacio, la serie televisiva de los años 60.
Ahora se ve más grande e inflada. En realidad se trata de una Stapelia gigantea, una planta suculenta que despide una hedentina impresionante. Y con eso atrae a las moscas que la polinizan.
Como a mi me cae en gracia los mantedré al tanto de su floración.
Yo digo que es una flor salida de la serie Perdidos en el espacio; y adorna mi balcón.
No es fea del todo, pero es extraña; y está muy lejos de oler bien. Se las muestro ahora para que disfruten, como yo, de cómo va creciendo y para que la aprecien cuando esté abierta.
Ciertamente que parece algo salido de una serie de ciencia ficción, y a mi me recuerda mucho la flora que uno veía junto a El Robot y a Will Robinson.
Cuando me enteré de que el árbol que tengo frente a una de mis ventanas es un Llama del bosque me alegré porque me imaginé que en tiempos de floración se verá hermoso.
En tiempos de floración, claro; porque lo que es ahora, cuando expulsa sus semillas, lo único que hace es mantener mi casa llena de esos objetos que entran por las ventanas y se instalan en donde pueden.
Hay una canción de Erasure que dice: I love to hate you. Y ya veo que ese va a ser el tipo de relación que tendré con el citado árbol. De paso me acordé que, en tiempos de Ubico, el alcalde (¿o intendente?) le preguntó a mi bisabuelo, Federico, que qué árboles quería que le sembrara frente a su casa. Mi bisabuelo pidió Matilisguates. Y la calle quedó espectacular, con Matiliguates a ambos lados. Pues bien, mi bisabuelastra se quejaba de que a lo largo del año nunca dejaba de barrer. Primero barría las hojas, luego las flores y luego las vainas.
Y todo esto me recordó aquello del Arbol del matrimonio, que primero todo es flores, luego es frutos y al final sólo quedan las vainas.
La foto, por cierto, es de una de aquellas semillas.
En esta temporada este lirio japonés adorna mi balcón. Florece una vez al año y poco a poco se ha ido abriendo desde hace unos diez dias. Ahora está en su apogeo y pronto desaparecerá, para volver dentro de un año.
