03
Jul 08

En celebración de la liberación de los rehenes en Colombia

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, tienen en su poder a más de 700 rehenes; pero, ayer, el presdiente colombiano Alvaro Uribe y el ejército de aquél país, rescataron a un grupo importante de ellos, entre el que se cuenta la excandidata presidencial Ingrid Betancourt.

Las FARC son una guerrilla marxista particularmente sanguinaria e inescrupulosa capaz de hacer cosas tan repugnantes como tener rehenes durante más de 6 años, encadenarlos en la selva, exponerlos a enfermedades, y -por supuesto- de someter a las familias de los detenidos a sufrimientos innombrables.

¡Ya hace ratos que se merecían un golpe así de duro! Pero claro, se necesita un gobierno con autoridad moral -como el de Uribe- para poder reaccionar así, organizar el rescate y hacerlo con éxito. ¡Yo celebro la liberación de estos rehenes y la humillación de las FARC!; como celebro, también, que los carroñeros Hugo Chávez y Rafael Correa no hayan tenido parte alguna en este asunto.

Coincido, sin embargo, con un artículo de Alexander Torres que ha circulado mi amigo Carlos Sabino: La sociedad colombiana debe cuidarse de las reacciones políticas y judiciales con las que la izquierda vengará su derrota. Si la sociedad colombiana se descuida -como ha sucedido en otros países-, puede suceder que “los mismos militares que ahora son aplaudidos, sufrirán la más brutal persecución mediática, política y judicial que los terminará condenando. La izquierda reclamará memoria pero sepultará en el olvido el sufrimiento de las verdaderas víctimas del terror guerrillero. Esa misma izquierda invocará la verdad y oficializará la más descarada mentira que le prepararán historiadores mercenarios. Todo será bajo el disfraz de la justicia para que el rencor y la venganza se abran camino hasta que militares y policías terminen tras las rejas”, advierte Torres.


07
Ago 07

Uribe ha de estar para "ver…gansos"

Oscar Berger y Alvaro Uribe firmarán, el jueves, un tratado de comercio; pero hoy amanecemos con la novedad de que el ex ministro de la Defensa de Guatemala, Francisco Bermúdez, deberá aclarar cómo es que más de 5 mil fusiles y ametralladoras del Ejército guatematleco fueron negociados y luego terminaron en manos de traficantes de armas, para luego ir a parar a Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Mi tía abuela, La Mamita, supondría que Uribe ha de estar “como ochenta mil jicaques”; y yo supongo que está “para ver…gansos”. Nadie sabe para quién trabaja, ¿verdad?