En casa, el segundo semestre del año no empieza hasta que los anacates llegan a la cocina…y la mesa. Este año la temporada comenzó ayer con aquellos deliciosos hongos sobre spaghetti. ¡Es fiesta cuando comemos anacates!
Los anacates se cuentan entre mis hongos favoritos desde que era niño. Y me gustan mucho por su sabor característico, por su textura que ofrece resistencia a la mordida y su forma, así como por su color anaranjado vivaz.
La forma tradicional de comerlos en casa de mi abuela, Frances, era como bocas calientes; pero luego los comíamos con frijoles colorados (gracias a Rodolfo, un amigo de mis padres) y luego en cacerola de tallarines con crema de pollo y más tarde sobre pizzas y sobre spaghetti como en la foto que ilustra esta entrada. En casa de un cuate los probé en pulíque, una vez. Sobre spaghetti los hacemos con crema, o con la receta original de mi abuela: mantequilla, cebolla, sal, pimienta, perejil, maicena y jerez.