Desde la cima del volcán de Agua, Alfred y Anne Maudslay vieron los volcanes de Fuego y Acatenango en1894.
Tan pronto como el sol salió nos dirigimos hacia la cima. Me detuve en el camino para fotografiar el cono que estaba a nuestra izquierda mientras subíamos; pero las nubes nos cubrieron tan pronto como estuve listo y tuve que abandonar mi empeño. Poso más arriba de los 12,000 pies dejamos los pinos y llegamos a la parte norte llamada la Meseta, que es la cima de la cuesta que estábamos subiendo. Hacia el norte, en el otro lado de una grieta, se elevó el cono distante de Acatenango, el más alto de los tres picos [Agua, Fuego y Acatenango] cubierto con pocos y dispersos pinos: hacia el sur, a media milla de distancia del otro extremo de la meseta se elevó el cono activo de Fuego, dice Maudslay cuando nos cuenta esa parte de su viaje por Guatemala.
Acatenango tiene dos picos: El pico mayor y Yepocapa. La foto de Maudslay sólo muestra uno de los picos, seguramente desde donde estaban no se veía el otro.
Maudslay llegó al cráter y describió la experiencia así: El cráter era un agujero de casi cien pies de profundidad, casi completamente rodeado de rocas deshechas y humeantes cubiertas con depósitos sulfurosos y cayendo a zonas más profundas en el lado opuesto al que me encontraba, pero que no podía ver por las salientes de rocas que me cubrían la vista. Quizá lo más curioso de la montaña es el hecho de que se eleva muy regular y gradualmente a un punto agudo, en donde los dos nos pudimos sentar y poder divisar todo a nuestro alrededor. Los gases que emanaban del volcán no eran nada agradables, pero afortunadamente el viento estaba a nuestro favor.
Por cierto que la última erupción de Acatenango fue en diciembre de 1972.
Info de A Glimpse at Guatemala(1899);un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala a finales del siglo XIX.