Adiós a Alvaro Arzú

En los últimos meses de su vida, Alvaro Arzú Irigoyen fue el líder de la resistencia.  De la resistencia contra los intentos de pasar sobre la Constitución para establecer un gobierno jacobino a fuerza de plaza y de acarreados; de la resistencia contra utilizar el organismo judicial para imponer, sobre la voluntad de los electores, un sistema de gobierno que sólo quieren grupos de exguerrilleros y admiradores de Fidel Castro y del chavismo; de la resistencia contra un proyecto progre de nation buliding y de la resistencia contra el absolutismo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

Ahora que falleció, el sábado pasado, en la historia de Guatemala seguramente habrá un antes y un después de Alvaro Arzú, que fue presidente de la República de 1996 a 2000 y fue alcalde de la ciudad de Guatemala durante 13 años. Alvaro Arzú fue amado y odiado como casi nadie en la historia moderna de Guatemala, y quizás comparte ese status sólo con Efraín Ríos Montt.

Yo no era admirador suyo y en este espacio lo llamaba El dios del palacio de la loba. Esto es porque actuaba como un dios -con pretensiones de omnipotencia y caprichosamente- quizás porque creía que la gente le daba esa facultad en las urnas y seguramente por su carácter; y porque el mote de palacio de la loba se le da al edificio de la Municipalidad capitalina, inmueble frente al cual hay una loba con Rómulo y Remo, en la Plaza de Italia.

Por donde se lo vea, es imposible ignorar a un personaje de la talla de Alvaro Arzú. Ningún político que haya sido fiel a sí mismo ha ganado tantos y tan elevados cargos de elección popular.  Una vez la Presidencia de la República y cinco veces la alcaldía de la capital, sin contar la vez que la ganó y rehusó recibirla en condiciones de golpe de estado.

Desde la Presidencia y desde la Alcaldía sus más grandes logros fueron:

  • La desmonopolización de las telecomunicaciones.  Cuando en los años 90 la mayoría de gobiernos latinoamericanos optaron por venderle al sector privado sus monopolios de las telecomunicaciones, la administración de Arzú optó por desmonopolizar el mercado.  Fue criticado por no obtener un buen precio a la hora de derribar las barreras de entrada y vender el acceso; pero acto seguido, cuatro empresas competían por dotar a los chapines con teléfonos móviles  y, en consecuencia, en Guatemala hay más teléfonos que personas, y los aparatos y las tarifas son muy bajos, hasta el punto de que hasta los mendigos y los más pobres tienen teléfonos en este país. Con todo lo que eso significa para elevar el nivel de vida de las personas y para multiplicar las posibilidades de crear riqueza.
  • La fragmentación de los  monopolios de la energía eléctrica.  Este proceso no fue tan exitoso como el anterior; pero si no se hubiera hecho, ya andábamos por apagones de seis y ocho horas de duración, ¿cómo crees que andaríamos ahora si las cosas hubieran continuado como estaban? ¿Te imaginas la corrupción que había en los monopolios estatales?
  • Arzú privatizó el correo, y cuando el correo era privado, podíamos usarlo y mandar tarjetas para el fin de año y esas cosas, ahora el correo es estatal -de nuevo- y no hay servicio postal.
  • La red vial del país estaba nítida.  Eso parece mentira y hasta imposible cuando uno viaja por la red casi colapsada de ahora; pero quienes tenemos memoria podemos comparar y díganme si no añoramos las carreteras de 1996-2000.
  • Tengo la dicha de pasear a visitantes extranjeros por Guatemala y la ciudad de Guatemala, con frecuencia.  ¿Sabes qué me han hecho notar muchísimos de ellos? Que esta urbe, comparada con muchas otras urbes latinoamericanas y de otras latitudes, que ellos conocen, es notablemente limpia y verde.  Y es cierto.  Quienes tenemos memoria y vivimos en la ciudad de Guatemala durante las administraciones del Frente Unido de la Revolución y las de 1970 a mediados de 1986, recordamos como la ciudad se fue deteriorando y ensuciando.  Te voy a contar una anécdota.  En 1974 yo estudiaba Primero básico en dos jornadas, la de la mañana y la de la tarde; y era mi costumbre capearme de la de la tarde siempre que podía.  Entre otras cosas, dedicaba las dos horas disponibles a conocer edificios y pasear por la ciudad.  Del Banco de Guatemala me sacaron, del brazo y a la plaza, dos veces por andar husmeando por ahí.  De la Muni nunca me sacaron; pero recuerdo muy bien que los elevadores eran cochambrosos, que el lugar hedía a rancio y que en las oficinas, había la espantosa costumbre de hacer crecer plantas en litros de aguas gaseosas partidos por la mitad.  Todo eso desapareció con la llegada de Alvaro Arzú a la Alcaldía, y en mi primera visita al edificio, durante su primera administración, lo que más me impresiono fue que el bronce de los elevadores brillaba, que habían desaparecido los abominables litros de plástico con plantas y que el lugar ya no hedía a rancio.  Arzú hizo, con la ciudad, lo que hizo con el Palacio de la loba.
  • Durante su primera administración, en Tu Muni, escuché que donaba su sueldo para algunas obras de benevolencia; leí, ayer, que en una escuela marista de la zona 6, los estudiantes recibían pan y atol (quizás su única comida buena del día) gracias a Arzú; y el rescate del hogar Rafael Ayau -que pasó de ser un hospicio estatal infernal a una casa-hogar de verdad- fue posible gracias a él; y claro, ¿quién no vio sus fotos repartiendo tamales y pasando la nochebuena con familias pobres.  Hay quienes desprecian estos actos de filantropía; pero, en serio…¿podrías despreciarlos sin sentirte un poco miserable?

Y claro, no todo era miel sobre hojuelas.

  • Durante su presidencia la política crediticia del país generó alzas disparatadas de las tasas de interés y crearon el ambiente necesario para el crecimiento y el posterior estallido de una burbuja financiera en la que medraron muchos delincuentes muy inescrupulosos y en la que muchas familias perdieron sus patrimonios.  No se vale decir que eso era cosa de la Junta Monetaria y que esta es autónoma, porque la verdad es que el gobierno tiene un peso grande en aquel órgano por medio de su presidente, que es nombrado por la Presidencia de la República y los ministerios de Finanzas, Economía y Agricultura; y del Congreso, cuando el ejecutivo tiene mayoría.
  • Desde la Alcaldía, el Plan de Ordenamiento Territorial -racionalista y constructivista- ha ido desnaturalizando la urbe y minando la ciudad.  Guatemala ha ido dejando de ser un cosmos para convertirse en el producto de un diseño.  Ese diseño, por ejemplo, ha impedido darle una solución de mercado al transporte colectivo y en lugar de una solución lo que hay es un sistema costoso, que pierde dinero en canastos y no resuelve el problema de fondo.  Ese diseño, por ejemplo, ha impedido darle una solución de mercado a la basura, y el relleno sanitario es una bomba de tiempo.  Ese diseño, por ejemplo, ha impedido darle una solución de mercado a la falta de agua, y la falta de agua está acabando con el manto friático y va a tener consecuencias no intencionadas.
  • La sombra más espesa de la administración Arzú fue entregarle Guatemala a la guerrilla.  La guerrilla estaba militarmente derrotada y aunque eran criminales, no eran mucho más que eso; pero los pactos de apaciguamiento firmados por el entonces Presidente Arzú (animado por los países amigos) le dió a la guerrilla un espacio político que no merecía.  Le dio un reconocimiento social que nunca ha sido capaz de ganarse.  Arzú presumía de su foto con Fidel Castro.  El lado progre de Alvaro Arzú Irigoyen -20 años después de que le entregara el país a la guerrilla- lo puso en la posición de líder de la resistencia.  ¿Así, o más irónico?  Arzú murió como líder del conservadurismo chapín y de la resistencia, pero su lado progre lo traicionó.

¿Fue corrupto, Arzú? Saber, no se.  Sus más cercanos colaboradores lo tienen por honrado y yo podría creer que lo era en el sentido de que nunca me pareció de los que robaban como robaban los rapaces y los carroñeros.  Pero no me sorpendería que fuera de aquellos que -en un espíritu pragmático- pensara que no había nada malo con beneficiarse marginalmente de políticas públicas estatatales diseñadas para el bien público.  Siempre que las políticas resultaran en algún criterio de eficiencia para el beneficio colectivo.

¿Cómo conocí a Alvaro Arzú Irigoyen?

Fue durante su primera campaña para la alcaldía, posiblemente a finales de 1981, o principios de 1982.  Fue en una casa que estaba frente al viejo Hospital Militar; y en esa reunión íntima lo escuché hablar expresamente contra las ideas de la Universidad Francisco Marroquín,  Y dije: Hasta aquí llegué. No me uní a su proyecto, aunque siempre (con una excepción) voté por él, en el supuesto que más vale lo viejo conocido, que lo nuevo por conocer. Luego lo vi una vez cuando yo hacía locuciones para la Muncipalidad ca.1987 y hasta ahí llegamos.

¿Quieres otra ironía?

El más grande logro de la Administración Arzú, en la Presidencia, no fueron los pactos de apaciguamiento que en su momento celebraron -y de los que se benefician- muchos de los que ahora no dudan en hablar mal de él.  Su más grande logro fue haber dotado de teléfonos y de telecomunicaciones baratas y eficientes a millones de guatemaltecos que antes tenían que esperar cuatro años y dar sobornos para conseguir líneas telefónicas.  Su gran logro fue consecuencia haber resistido la tentación de vender un monopolio y haber entendido que -en el largo plazo y all things cosidered– era mejor desmonopolizar las telecomunicaciones…y esas ideas venían directamente de la UFM.

Dicho lo anterior…

¿Sabes qué me pareció muy achatado y pusilánime durante el fin de semana? Los mensajes de odio y rencor que vomitaron la progresía y la exguerrilla y sus amigos luego de la muerte de Arzú. ¡Que poca madre!, como dirían los mexicanos. Que triste ha de ser vivir con tanto veneno y con todas esas hostilidad y enconamiento y que triste que hubiera quienes lo celebraran.  Que gurrumino fue despedir así a quien les sirvió la mesa.

Si yo viajara en el tiempo me gustaría pasarle un papelito con la siguiente idea de Ayn Rand: 

En todo conflicto entre dos hombres (o grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, el más maligno, o irracional es el que gana. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos, o difusos eso obra en ventaja del lado irracional.

Y el mismo papelito se los paso a los que lo suceden.

¿Y la foto?

La foto la tomé en la plaza del monumento a los próceres de la independencia, un 15 de septiembre poco después de las 0:00 horas.  La anciana, vendedora de chucherías, sacó su teléfono y llamó un taxi para que la fuera a recoger.  ¡Ese fue el mayor logro de Alvaro Arzú Irigoyen, dotar del poder de las telecomunicaciones a los más pobres y vulnerables!

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  1. Yo nunca lo he sabido con certeza, no se si lo sabrás, pero fué durante su mandato como presidente que iniciaron en la ciudad los taxis rotativos, que vinieron a mejorar mucho el trasporte (a colación por el comentario de la foto). Antes eran unos enormes carros americanos de los sesentas o setentas carísimos, que muy pocos locales utilizaban y era solo para emergencias. Hubo algún cambio en las leyes o solo un emprendimiento novedoso?