¡Garbanzos en dulce!…esta vez me costaron

Esta vez me costó hacer los garbanzos en dulce.

El primer error fue sacarlos muy pronto de la olla de cocimiento lento; me traicionó mi tradicional impaciencia.  El segundo error fue hacer la miel muy espesa; me distraje y puse una taza de azúcar de más.  ¿Resultado? Sesenta por ciento de los garbanzos no calaron y quedaron duros.  Eso sí, hicimos un segundo intento y el dulce de garbanzos salió hermoso y delicioso.

El dulce de garbanzos es mi favorito de la temporada.  La tradición empezó con mi tía abuela, La mamita y siguió con mi tío Rony.  MI madre y yo tomamos seguimos la costumbre y ahora los hacemos en casa.  En casa hacemos dos versiones: la de La mamita y la de la Costa sur, de la cual haré un relato luego.

El sabor de los garbanzos se combina deliciosa y delicadamente con la miel y la canela; y me transporta a mi niñez.  Me encantan su sabor y su aroma, su color y su textura.  Me divierte verles sus caritas de pollito a los garbanzos; y por eso es que se llaman chickpeas en inglés.  Pienso en Cicerón porque cicer significa garbanzo.

Parece increíble que en la antiguedad estas delicias fueran asociadas con la frugalidad e incluso con la rudeza.  Los griegos comían garbanzos en los banquete fúnebres, y me pregunto si es por eso que este dulce es tradicional de esta temporada chapina tan asociada con la muerte; o si bien, el hecho de que la receta de la Costa incluya frutas alegres se relacione con el aspecto más hermoso de la temporada que es el principio de la primavera y el retorno de los día soleados (frente al largo invierno del hemisferio norte).

En la ciudad de Guatemala, los garbanzos en dulce se preparan en una miel de agua, azúcar y canela. La noche anterior se dejan en agua, con un toque de bicarbonato y en la mañana se pelan laboriosamente, muy laboriosamente. Luego se cuecen y cuando están cocidos se cuelan y se apagan inmediatamente en la miel para que calen bien.

La parte dura de hacer los garbanzos es pelarlos de uno en uno y siempre le huyo a esa tarea ingrata…y anoche nos dormimos a las dos de la mañana a causa de los errores que comenté al principio de esta entrada y a causa de que hicimos un segundo batch para reponer el que se había estropeado.  Por dicha el resultado fue magnífico ya que los garbanzos salieron hermosos y deliciosos…y, rescaté 30 por ciento del primer intento.

Y estoy feliz, como una perdiz.

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