¿Para qué es que sirven tus impuestos?

Si los edificios emblemáticos de Guatemala -como el Palacio nacional y el Conservatorio nacional de música- se están desmoronando y en parte es por falta de dinero para darles el mantenimiento necesario, la culpa no es de los tributarios.  Es de los políticos y burócratas que controlan el dinero que toman, en abundancia, de los tributarios.

Entre las cosas que yo pensaba durante la fatídica madrugada del 4 de febrero de 1976 -mientras pasaba el mal rato en uno de los automóviles de mis padres, estacionado frente a la casa- era: Ojalá que no se haya caído la lámpara del salón de recepciones del Palacio nacional.

No recuerdo que hubiera daños mayores en aquella ocasión; pero el Palacio nacional sufrió daños por los sismos de ayer y del 14 de junio. Adicionalmente, en los últimos años, se ha estado deteriorando visiblemente.  En buena parte porque no ha recibido la atención y el mantenimiento que un edificio de esa naturaleza demanda.

Igual cosa sucede con el Conservatorio estatal de música cuyas butacas y pisos dan pena.  El material aislante entre salones está en mal estado, la ventilación y la iluminación no funcionan bien.  Los instrumentos no reciben mantenimiento y no suenan adecuadamente.  Este, como el Palacion nacional y seguramente otros edificios estatales, no reciben mantenimiento.

Al Conservatorio le tengo algo de cariño porque ahí escuché mis primeros conciertos de la Orquesta sinfónica estatal, cuando yo estaba en la Secundaria en compañía de mis mejores amigos del colegio.

Independientemente de si debería haber un conservatorio y una orquesta estatales, el caso es que los políticos y burócratas a cargo de edificios y programas siempre se quejan de que no hay dinero para mantenimiento…y…sin embargo…sí hay dinero -y abundante- para que (por ejemplo) los diputados se asignen bonos y prestaciones millonarias a costa no sólo de los tributarios, sino del mantenimiento de edificios, el cuidado de hospitales -llenos de pulgas y donde mueren bebés- y otras cosas que deberían ser prioritarias.

¡A los políticos y burócratas les abunda el dinero que toman de los tributarios, pero para la piñata!…no para lo que debería ser importante.

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