¿Legislación contra la “violencia obstétrica”? Otra chorrada de Convergencia

Que los políticos y especialmente los diputados quieran regular las vidas y las actividades de las personas; y que incluso se extralimiten en esa pretensión no debería sorprender a nadie.  Que los políticos y diputados quieran opinar y participar legislativamente en temas médicos y científicos, debería alarmar a todos.

Que una chorrada como legislación para prevenir y sancionar la violencia obstétrica, que interfiera en la conducta, los criterios y decisiones médicas, científicas y técnicas que un profesional de la medicina pueda tener frente a una paciente y el producto de su embarazo por una complicación, venga del partido Convergencia y de sus dos diputados, ¿te sorprende?

¿Cuál es el límite para la legislorrea?

¿Vas a creer?,  la exposición de motivos de aquella aberración legislativa dice que la violencia obstétrica inicia cuando un proceso natural como lo debería ser el embarazo y el parto, es tranformado en un problema médico y abordado como una “enfermedad”, a través de la medicalización y la patologización. Así se despoja el embarazo y al parto de una condición natural y se le da un carácter médico.  Es en serio, no me lo inventé.

La normativa propuesta por Convergencia pretende sustituir el criterio médico, científico y técnico por artículos decretados desde el Congreso.

Explica el Colegio de Médicos que la definición de “violencia obstétrica” no contempla que el ser humano, en este caso la madre, y también el producto del embarazo constituyen una unidad altamente susceptible de asociarse con enfermedades que se padecen desde antes del embarazo, o complicarse con patologías diversas propias de la condición fisiológica del proceso de la maternidad. Que para producirse un nuevo ser, y constituirse en la unidad madre/niño principalmente en el orden hemodinámico, incrementando el volumen sanguíneo, produciendo sobre esfuerzo en el aparato cardiovascular, hepático y renal principalmente, con lo cual dispone a la paciente a través de este fenómeno fisiológico al riesgo de evidenciar problemas cardiacos, metabólicos y renales, que por la sobre carga que sufre la madre, de manera interna sin la intervención de profesional alguno la llevarla a sufrir patologías que se evidencian con complicaciones agregadas al proceso fisiológico del embarazo.

Añade aquella organización gremial que la violencia obstétrica inicia cuando un proceso natural como el embarazo y el parto, es transformado en un problema medico y abordado como una enfermedad, a través de la medicalización y la patologización, despojando al embarazo y el parto de una condición natural para darle un carácter médico. Esta afirmación revela nuevamente desconocimiento del proceso fisiológico que vive la mujer embarazada, que ya hemos descrito antes ampliamente.

Las condiciones actuales en las que se atiende a la mujer embarazada y al producto de su embarazo, en los sistemas de salud nacionales, de seguridad social y principalmente en áreas rurales, son deplorables, la carencia de medicamentos, insumos quirúrgicos y de atención en general solo es superada por la deficiencia infraestructura y equipamiento en las instituciones de salud de nuestro país. Es claro que en estas condiciones estas instituciones funcionan y dan servicio rindiendo productos positivos a la comunidad, solamente por el actuar desinteresado y apostólico de médicos, enfermeras, personal de salud y administrativos, que con salarios de hambre deciden prestar sus servicios aún en esas condiciones corriendo todos los riesgos y ahora amenazados judicialmente y ante esa situación de condiciones de trabajo prácticamente sentenciados a la cárcel. 

Es por todas estas situaciones analizadas y expresadas que el gremio médico se man¡fiesta totalmente en contra de que dicha iniciativa de ley se convierta en ley en el congreso de la república de Guatemala.

Gracias a mi cuata, Astrid, por la pista.

Foto por:  Tom and Katrien (Flickr) [CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

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