La música, y cómo ser objetivo acerca del objetivismo

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¿Y si empiezas tu día de clases con una sobre música?  Ayer empezó el curso de dos días titulado Listening to Music: An Ear Training Approach, por Thomas Shoebotham. Este curso -en la Objectivist Summer Conference 2016–  parte de la premisa de que la música es algo que apasiona a muchas personas; y, sin embargo, muchos encontramos que es difícil describir lo que sentimos por la música.  Thomas presentó muchos ejemplos de música grabada y tocada en vivo (con cello y un piano electrónico) para ayudarnos a apreciar mejor cómo se integran los materiales musicales y nos mostró estratégias para profundizar en el entendimiento de esta forma de arte que es algo elusiva.

Thomas sugirió que cuando escuchemos música por placer y para entenderla, no lo hagamos mientras hacemos otras cosas, esto es para enfocarnos.

Nos proveyó con vocabulario básico como tono, que es una propiedad del sonido, una frecuencia que os permite distinguir la música del ruido porque aquella es estable; el ritmo que es el lapso que dura el sonido; el beat (¿pulso?) que es la pulsación regular. Nos recordó que el ritmo y le pulso no son lo mismo y que suelen ser confundidos. Aprendimos qué es la métrica, el patron de pulsos fuertes y pulsos débiles; el tempo rubato que es una distorción deliberada del pulso o el ritmo con propósitos expresivos; la melodía, que es la unión de ton y ritmo; y los motifs que son pequeñas células musicales o ladrillos con lo que se construyen piezas más grandes.

Con esos y más herramientas, el curso -que duró dos sesiones en lunes y martes- nos dió posibilidades de apreciar mejor la música.  Thomas recomendó: sean pacientes consigo mismos, aprendan a cantar, o a bailar para poner la música en sus cuerpos.

La objetividad acerca del objetivismo:

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La filosofía es una disciplina demandate que requiere rigor intelectual y honestidad escrupulosa, advirtió Gregory Salmieri.  Toma años de pensamiento disciplinado entender y evaluar sus principios e incorporarlos a la vida de uno [díganmelo a mí, digo yo]. Ese trabajo continúa a lo largo de la vida de uno en tanto uno usa la filosofía para mantener integrado un creciente corpus de conocimiento (checando premisas cuando es necesario).  Recordó que ser objetivista quiere decir respetar los hechos y hacerse responsable de los conceptos, conclusiones y valores propios de uno; aún si uno no ha originado aquellas ideas uno mismo, uno si puede responsabilizarse de elegirlos conscientemente.

Salmeri habló sobre cómo ser objetivo acerca del objetivismo, incluyendo la necesidad de estar concientes acerca de qué principios filosóficos sabemos que son verdaderos y cómo sabemos que son verdaderos, así como que preguntas nos quedan por contestar.  Nuestras ideas y valores deben estar en contacto con la realidad.  Puso atención especial en los errores comunes en los que caemos cuando nos entusiasmamos con la filosofía e hizo énfasis en la necesidad de que los miembros del movimiento objetivista respeten las necesidades congnitivas de otros miembros, así como sus contextos de conocimiento.

Lamentó que, en nuestra cultura, normalmente no veamos mucho interés en la búsqueda de la verdad, y que la gente prefiera pertenecer, más que buscar la verdad.

Explicó que le objetivismo es filosofía porque tiene que ver con los temas fundamentales con referencia a la forma en que dirijimos nuestras vidas; es un movimiento filosófico porque la objetividad es necesaria; es un sistema filosófico porque está integrado y no es sólo una colección de citas filosóficas; y es una filosofía, porque hay otras; y es la filosofía de Ayn Rand basada en los trabajos de esa filósofa; es una filosofía radical porque reta 2000 años de dradiciones que están son fundamentalmente mal  y son las causas por las que estamos en crisis moral.

Recomendó diferenciar entre la filosofía de Ayn Rand y sus preferencias personales,;sus ideas en otros campos que no son filosofía; sus juicios sobre tendencias; personas y eventos históricos, o contemporáneos.

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