El bacalao a la vizcaína es uno de los platos tradicionales de esta temporada; y es uno de mis platos favoritos en todo el universo mundo. Me gustaba desde que era niño.
En casa lo cortamos en cubos y le cambiamos de agua unas tres, o cuatro veces a lo largo del día para quitarle la sal. Luego colamos los cubos y los secamos bien, bien y los freímos en aceite de oliva abundante (generosamente abundante), cebollas rodajadas finamente, ajos picados y tomates licuados con chiles guaque y chiles pasa asados; a esa salsa le añadimos tiras de chiles morrones, aceitunas rellenas de pimientos y alcaparras sin sal. Con lo que hay que tener cuidado es con quitarle bien la sal. ¡Es espantoso el bacalao salado! Esta receta es una adaptación de la que hacían mi abuela y mi bisabuela; y como es tradición lo compartimos con amigos queridos.
Mañana y pasado lo comeremos remojando en él buenos trozos de pan artesanal. A mi me gusta caliente para el almuerzo; pero también me encanta al tiempo cuando acompaña un buen whisky, o un buen carmenere, así como de una sangría. Lo prefiero en cubos; pero este año y no se por qué, los cubos se desmenuzaron y sobreviví al shock.