¡Se rayaron, en casa, con el spaghetti con albóndigas del almuerzo de ayer! El sabor de las albóndigas con un característico toque de hierbabuena contrastó con el bouquet amaderado de la salsa de tomate y produjo una combinación armoniosa y elegante de sabores y aromas. A eso súmale buen queso parmesano y spaghetti perfectamente al dente y ¡que maravilla!
En casa las albóndigas nos gustan así, en salsa morena, o en caldo. No se por qué, es un plato que suele aparecer en películas, o en series de televisión, en escenas familiares; y siempre que lo vemos -en casa- se nos antoja mucho.