Hoy al atardecer, la luz sobre la ciudad tenía una tonalidad y una intensidad que uno no podía sino admirar. La luz se arremolinó en las nubes y envolvió el ambiente durante unos pocos minutos que fueron arrebatadores. Los truenos que se oían en la Costa Sur contribuyeron al dramatismo del momento. Y la buena compañía terminó de hacer de los últimos momentos del día algo para compartir.