Antes yo iba a La Antigua para las fiestas que preceden a la Pascua. Casi nunca para quedarme, pero si para visitar y disfrutar del ambiente. Dejé de hacerlo cuando una noche, en el Parque Central, noté una inmundicia rayana en lo asqueroso. Los botes de basura habían sido rebasados días atrás. La gente -porque es la gente la responsable- había dejaro en el suelo bolsas, empaques, frutas, pañales, botellas, heces y todo tipo de basura. ¡Pero es que era mucha! Un par de años después tuve que ir para acompañar a unos arquitectos extranjeros que querían ver casas antigueñas. Lo de las casas estuvo de película; pero la suciedad en las calles fue impresionante. Impresionante de una forma muy fea.
Todo esto viene a que hoy, Gabriel Azurdia, en Prensa Libre, llamó la atención sobre la falta de agua, al mal olor y al hecho de que las autoridades de la Ciudad Colonial no estuvieron a la altura durante las festividades. La Antigua se vio rebasada, otra vez.
En parte, ¡por supuesto!, es culpa de las autoridades irresponsables e ineptas; pero en buena parte la inmundicia es responsabilidad de la gente sucia porque la porquería no llega ahí sola.
Y se ve en toda Gute, un poco menos en oriente. Esas costumbres fuera bueno que se perdieran, pero no se ve muy posible. En Semana Santa nos toco ver, en Masagua, como la UCN regalaba bolsas de agua pura a los pasajeros de un bus, y unos minutos despues todas eran tiradas por las ventanas hacia la via publica, triste.