El capitalismo clientelista, amiguista o de compadres, que en inglés es el crony capitalism describe una economía falsamente capitalista en la que el éxito y la prosperidad en los negocios dependen de una estrecha relación entre los empresaurios y los los políticos y funcionarios que administran el presupuesto del estado. Entre sus expresiones, se puede mencionar favoritismo en la distribución de permisos legales, subsidios con el dinero de los tributarios e impuestos especiales, por ejemplo.
De esto me acordé cuando leí que los empresaurios cuyos negocios están relacionados con la construcción y venta de viviendas quieren que el Congreso apruebe un subsidio preferencial de 4% a los guatemaltecos, con el propósito de dinamizar la compra de casas. ¿Quiénes van a construir y vender esas casas? Los empresaurios citados. ¿Qué negocios van a prosperar con ese subsidio? Los de los empresaurios citados. ¿Sáben, los empresaurios citados que la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera en los Estados Unidos de América comenzó gracias a subsidios para viviendas? ¿Les importa?
Los constructores y vendedores de casas quieren que los pipoldermos brinden bonos, o créditos fiscales a las entidades financieras que concedan los préstamos; es decir, que se haga una reducción en el pago de impuestos de las agencias bancarias y así se privilegie a otro grupo de empresaurios: los banqueros cuyos bancos dependen -para su salud financiera y prosperidad- de este tipo de canonjías.