Abel prepara las mejores butifarras de todo el universo-mundo. El aroma y el sabor de sus embutidos son elementos clave para el éxito de mi fiambre. Igual que el sabor de su cesina y sus longanizas.
El sabor y el aroma acanelados y anisados de aquellas butifarras, tan característicos, son magníficos por sí solos; pero en el fiambre alcanzan niveles extraordinarios. Hay butifarras en casi todo el mundo de habla hispana (y en Cataluña), y aquí en Guatemala son propias del Oriente del país. Recuerdo que no se quién le mandaba a mi padre unas desde Zacapa, o Chiquimula. Las de Abel y su equipo, sin embargo, son incomparables.
Haciéndo cuentas, conozco a Abel desde que yo tenía 9 años de edad y con mis padres íbamos a La puerta del sol. Siempre amable, siempre atento, siempre preparando los mejores embutidos y la mejore cesina. El y mi padre eran amigos y yo le tengo mucha admiración y respeto.
¡Salud, pues!, por las butifarras, por Abel y su equipo, por el fiambre y por mi madre, mi abuela y mi bisabuela cuyas artes hacen posible el fiambre que degustamos en esta temporada.