Nací el domingo 17 de septiembre de 1961, a las 2:45 p.m. y ese fue el día más importante de mi vida porque sin ese no hubiera habido otros. Por eso es que siempre lo celebro con mucha alegría. Y es que de verdad hay mucho que celebrar.
Celebro a la gente maravillosa que me ha acompañado y me ha permitido ser parte de sus vidas. Celebro a quienes me apartaron de peligros y a los que me dieron oportunidades. No puedo, sino celebrar a quienes han reído y bailado conmigo; así como a quienes me han ofrecido sus hombros y sus pañuelos. Celebro a quienes gozan cuando les cocino y a quienes disfrutan, o se molestan mucho con lo que escribo. Y es que son 50 años de hacer averías y dar batería.
Celebro cada minuto de esos diez lustros.
Celebro recuerdos, aromas, sabores, colores, sonidos, palabras, libros, películas, canciones, juegos, bailes, gritos, risas y carcajadas, manos, ojos, labios, besos y abrazos. ¿Cómo no voy a celebrar si hasta le gané una partida a la Parca?
La verdad es que, all things considered, es una dicha ver todo lo que guardo en los baúles y gavetas de la quijotera. Y, ¿qué quiero para los próximos 50? Quiero seguir siendo estudiante; quiero andar siempre con gente buena; quiero buen pan, buen queso y buen vino; quiero que no me falte el buen amor; y quiero que todos los días sean ricos días.
¡Lehaim!
Feliz Cumpleaños estimado Luis! Aunque un dìa tarde, de todas maneras siempre es el dìa correcto para las personas con el lema Carpe Diem!
Feliz Cumpleaños, esperamos poder seguir leyendo otro medio siglo de tradiciones, plantas de perdidos en el espacio y viajes
LuisFi,
hay que ver que fuiste un bebé precioso!Jeje, ya te imaginarás el resto del comentario…un fuerte abrazo tarde pero con cariño, Andrea.
P.D. Casi te alcanzo:)