Encuestas, encuestas, ¿a cómo las encuestas?

Un mi ex jefe decía que una buena encuesta es como revolver bien una Minestrone, meter el cucharón y sacar una muestra de los ingredientes.  Si se mueve bien la sopa y se saca un buen cucharón, se obtiene una muestra de todo, o casi todo lo que tiene la sopa.

De eso me acordé cuando ví que siete de siete encuestas de partidos políticos le dan la delantera a Otto Pérez Molina, en la carrera presidencial y que siete de siete muestran que la candidata oficial, Sandra Evita Torres, está en segundo lugar.  La infografía está en las páginas 4 y 5 de El Periódico, de hoy; pero no la encontré en su sitio Web.

Las encuestas difieren en el porcentaje asignado a cada uno de los dos candidatos y difieren en la distancia a la que esán uno del otro.  Pero coinciden en que la arañita está lejos, en segundo lugar.  Hasta la del partido oficialista dice eso.

Lo que da risa, sin embargo, es que de acuerdo con la regla de oro: El que pone el oro, pone la regla, la mayoría de las encuestas ponen en tercer lugar al partido que pagó su encuesta.  La del Lider, pone al Lider; la del Creo, pone al Creo, y la del FRG, pone al FRG.  La de ADN, sin embargo, pone a su partido en quinto lugar.  Y tanto las del puntero, como la del partido oficial ponen a Creo en tercer puesto y a Líder en cuarto lugar.

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